Los sistemas de asedio en la Edad Media

Vigente.

Carga de mineral aurífero en las minas del cerro del Cinto

Diversa maquinaria de asedio utilizada en el medievo según un grabado.

La defensa del territorio y las personas en una época de marcada inseguridad política, habitual durante toda la Edad Media y tras la caída del Imperio Romano, obliga a levantar barreras físicas de resistencia frente al posible ataque enemigo (murallas, fortalezas, torres…), elementos de arquitectura militar que salpican el territorio almeriense.

El ataque para la conquista del recinto fortificado obliga a aislar la fortaleza del exterior y romper la comunicación. Para ello se practicaba una cava o foso circundando la muralla asediada, y se atacaba mediante catapultas, denominadas trabuquetes, accionados por un contrapeso, a modo de honda, que lanzaba bolaños de piedra o alcancías (ollas llenas de alquitrán y otras materias inflamables).

Sin embargo, estas catapultas perdían eficacia a más de 150 m, aunque si tenían un grean impacto sicológico sobre los defensores.

Pero la gran transformación militar será el uso de la artillería desde fines de la Edad Media lanzando proyectiles con el uso de la pólvora. Eran primitivas piezas de hierro forjado realizadas por maestros herreros, que se cargaban en un proceso muy lento y que apenas alcanzaban los 200 m de distancia. Sin embargo el arte de la guerra había cambiado radicalmente.

Podemos obtener mas información a partir de la consulta de las páginas 343 a 353 del tomo II de la Historia de Almería “Época Medieval. La huella de Al-Andalus”, redactado por Lorenzo Cara Barrionuevo.